domingo, 4 de marzo de 2012

Texto de Apoyo: ADAPTAR EL PROGRAMA A LOS INDIVIDUOS Y NO A LA INVERSA




Hay dos maneras de preparar un programa de enseñanza: me estoy refiriendo en este caso a las escuelas de arte. Hay una manera estática y una manera dinámica. Hay una manera según la cual el individuo se ve obligado a adaptarse a un esquema fijo, casi siempre superado, o en el mejor de los casos en vías de superación, en la realidad práctica cotidiana. Y otra manera que se va formando poco a poco, modificada continuamente por los propios individuos y por los mismos problemas, cada vez más actuales. En el caso de la enseñanza estática, con programas fijos e inamovibles, con frecuencia se llega a crear un sentido de incomodidad y algunas veces incluso de rebelión por parte de los estudiantes. En otros casos el estudiante se da cuenta de la inutilidad de toda protesta encaminada a la adaptación de la enseñanza a sus verdaderos intereses, y sigue el curso sin entusiasmo, o deja la escuela. En el caso de la enseñanza dinámica, los que enseñan estudian un programa de base, lo más avanzado posible y por ello modificables continuamente, de acuerdo con los intereses que emergen de la propia enseñanza. Solamente al final del curso se podrá saber la forma que ha tenido y cómo se habrá desarrollado.
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Bruno Munari al comienzo de las 50 lecciones que impartió en 1967 en el Carpenter Center for the Visual Arts, en Cambridge Massachussetts, por encargo de Harvard University

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